A cada instante

A cada instante mi mente hace corto circuito;

Danza entre nebulosas de confusión por olvidar que te fuiste,

Me despierto en sobresalto; sudorosa y asustada por la pesadilla presente,

Donde camino, vivo una vida que no es mía, estoy sin estar.

A cada instante tengo que detenerme un momento;

Mi instinto me lleva a la estación de tu vida, a los asientos de tus recuerdos, a los cubículos de tus momentos,

Mi cuerpo y mi mente se disputan hacia dónde ir,

Siento el balanceo involuntario que tenemos antes de dar un paso,

Mi cuerpo por un momento dominando la situación,

Dale un descanso, le pide mi mente,

Cierro los ojos, derrotada y giro mi cuerpo desganada,

Vago sin rumbo fijo ni dirección,

Buscando un algo, un alguien, que me haga reaccionar,

Que me haga ver que hay más de donde vino eso.

A cada instante me suena el pitido en el teléfono;

Recordándome de tu cumpleaños, sonando incesante con tu nombre, gritando en vibrador,

La alarma por hacer ejercicio para ponerme más guapa y darte unos celos que te pegan no suena, quedando relegada a una vida segundona,

El delineador yace medio abierto en el tocador, cuando intenté maquillar esta tristeza que me envolvía y fallé.

A cada instante me tropiezo con retazos de la convivencia contigo;

Con olores que no son tú,

Con sentimientos que no son tuyos, y me dejo llevar por el reproche de perderte,

Diría algo de mi vida, pero mi vida se fue contigo, dejándome sola.

Dejaste tirada una camisa detrás de la cama,

En el picaporte del baño esta tu bóxer y mi braga gritando que todo acabó,

Los dejo hacer, como quien no quiere la cosa, como si no estuviesen ahí y yo me estuviese volviendo loca,

Tu cepillo me grita desde el lavamano, a medio llenar de la pasta que nunca usaste,

Y yo solo puedo ignorarlos, más que decidiendo, convirtiéndose en mobiliario que adorna esta burbuja sobre nosotros.

A cada instante tu nombre alumbra en los faroles de las personas que te conocen;

Que me preguntan por ti,

Yo digo que estas muy bien, que tuviste una reunión y se te hizo tarde,

Que perdiste el taxi,

Que se te espicho una rueda,

Que se te quedó el abrigo,

Que extraviaste la gata,

Que fuiste a ver los caballos,

Que dejaste un zapato en la Cordillera,

Me he vuelto creativa oye,

Algún merito debe tener,

Inventar tu presencia en ausencia.

A cada instante me digo que vas a volver, para no perder

la poca cordura que me queda,

Manifestada en desalientos destellantes y asombrosos silencios,

Hay algo bueno de todo esto,

Que tu huella está impresa en cada poema, relato, que puedes ser mito y leyenda, pero nunca realidad,

Yo escritora, dolida y sin aliento,

Tu Adele, en potencia y con empeño.

.

Viaja ligero

La vida -Por lo menos para mí- es un viaje,
una carrera,
algo en constante movimiento, donde,
o avanzamos,
o nos arrastra,
porque la vida es
cada semana,
cada día,
cada hora,
cada minuto,
cada segundo,
nunca deja de ser,
y para llevar esta carrera,
este viaje,
debemos viajar ligeros,
dejando atrás todo
rencor,
tristeza,
dolor,
amargura,
opresión,
atadura,
y en cambio llevar,
tolerancia,
comprensión,
paciencia,
amistad,
valentía,
perseverancia,
Amor,
y muchos más que no pesan ni un poco,
Así que viaja,
pero viaja ligero.
Victoria Gabmor